jueves, 28 de julio de 2011

Parte 11

Estos mismos hombres, a finales de la década  de los setenta, fueron maltratados, humillados y amenazados. Fue  la recompensa que encontraron después de toda una vida de lucha, esfuerzo y sacrificio. ¿  Porque ? Por motivos políticos, nada  más  que políticos.

Esta historia que forma parte de la mía propia, la expuse en una carta a cuatro periódicos, tres de ellos la publicaron. El efecto de la carta causó un gran revuelo en el taller, a pesar de que era muy generalizada, sin aludir a nadie, todos los trabajadores de casa se sintieron identificados. Mi hija, por los comentarios  que se hacían en  el taller, vino a mi despacho asustada para decirme que me estaban preparando algo grande por la referida carta. No pasó nada. Expongo la carta;

“ Sr.  Director; Hace ya más de treinta que, con todo mi esfuerzo y amor, ayudé a mi esposo en la creación de una industria para salir de la miseria que estábamos sometidos. Mi primer despacho un choza. Mi primera silla, una caja. Apoyo bancario, nada de nada. Si relato señor director, esta experiencia personal es porque pienso  que es la misma experiencia de miles y miles de empresarios catalanes que empezaron de la nada y que, a base de esfuerzo personal y trabajo han conseguido salir adelante, crear riqueza y proporcionar trabajo a la sociedad.
¿Cual es, después de treinta años de esfuerzo, la situación actual?  Veámosla  Los  pioneros estamos cansados; no compensan los resultados .. No compensan  ya económicamente, sino moralmente. Hace solo un momento un “viejo luchador” que si fuera obrero llevaría ya diez años disfrutando de la jubilación me decía ; María  estoy cansado, agotado, voy a cerrar la fábrica.  Mis hijos no quieren seguir. Todo está podrido, He quedado impresionada al observar tanto y tan profundo desaliento.  Cuando yo misma recordaba a un hijo mío que tenía que tener coraje y luchar de la misma forma que nosotros habíamos luchado por su futuro me respondió ;”el futuro de quién ,madre“. No encontré repuesta, Nosotros luchamos por el futuro de nuestros hijos. Y sin embargo,¿ Que les dejamos ? . Una carga abrumadora, difícil de aguantar y con una pésima imagen creada por quienes han querido hacer de empresa centros de demagogia con finalidades políticas y nada más que políticas. El empresario señores,  está cansado, agotado. El empresario está destruido, sin darnos cuenta que al destruir al empresario nos destruimos a nosotros mismos, destruimos la capacidad de iniciativa, destruimos la creación de riqueza,  destruimos la posibilidad  de nuevos puestos de trabajo.
Termino con unas palabras  que un gran estadista hace años que escribió y estimo muy apropiadas para el momento que vivimos.  Rogaria a todos los empresarios las pusieran bien visibles en un lugar preferente de su empresa. Aunque no creo que consigamos nada, mantengamos por lo  menos, la esperanza de que algún día, alguien sea capaz de comprenderlas. Dice así;
“Algunas personas ven en la empresa privada un tigre feroz al que urge matar. Otras una vaca susceptible de ser ordeñada. Muy pocos la ven como es en realidad; un robusto percherón que arrastra un carro muy pesado
Maria Riera Ventura.

Este lapsus de la historia, es la que pretendo reflejar en mi libro”  TEMPS ENRERA”  en memoria  de estos hombres, valientes de los cuales no me cansaré de repetirlo; hicieron resurgir a Cataluña, cuando esta, estaba dentro de la miseria y desmoralización  que conllevó la posguerra.

Joaquín tuvo que ir a Portugal y lo acompañé. Nos detuvimos en Ayamonte a saludar a un cliente y además un gran amigo, el cual siempre que íbamos a Portugal pasábamos a visitarlo. Era uno de los fabricantes de conservas más importante de Andalucía
Estuvimos comentando la situación que atravesaba  en aquellos momentos nuestro país.
El era monárquico, no sé  hasta qué  punto estaba introducido en política, el caso era que conocía muy bien a  nuestro Rey, varias veces había hablado con él. Hablando de nuestra situación, le di a leer mi carta. La encontró bien y me dijo; María esta carta envíala al Rey. Al ver mis dudas, pues veía difícil que  pudiera llegar a sus manos, y aún menos que hiciera caso de mi escrito. Me animó  a  hacerlo, diciéndome que lo conocía muy bien y me contestaría. Al llegar a casa decidí hacerlo, pero no  al Rey sino a la Reina, pensando que entre mujeres tal vez nos comprendiéramos mejor. La carta escrita a mano sin protocolos, sencilla, de mujer a mujer, pidiéndole unas palabras de esperanza, no por nosotros sino por todos los empresarios que estaban como nosotros. La contestación de su secretario no podía ser más escueta. ¿ Me equivoqué? ¿Debía haberlo hecho tal como me dijo mi amigo de Ayamonte? No lo sé, el caso es que, el que está hecho, hecho está. Unos días más tarde pensaba; ¿por qué lo había hecho?  Que “carajos”  me podía decirme  a mí la Reina en unos momentos tan revueltos?  Pues lo que me dijo… nada.
Hoy que me lo miro más fríamente, me hace reír esta carta, además cuando recuerdo que unos meses más tarde se produjo el 23-f… que de prosperar nuestra joven democracia se va al traste. Un tiempo apropiado para un viejo adagio “cada palo que aguante su vela.
Me viene a la memoria cuando sentenciaron al empresario Puignaró  un pionero superviviente de aquella época, escribí una carta  a la Vanguardia, que fue publicada a favor de él, a pesar de que no lo conocía. Admito que es una mala faena contaminar el agua del río, pero había mil maneras de castigarlo sin llegar a encerrarlo en  prisión como a un vulgar delincuente, y menos en un tiempo en que en  nuestro país, la corrupción y la mierda sobresalía por todas partes y muchos culpables se paseaban tranquilamente por la calle como hombres honrados y respetables, y que algunos de ellos nos gobernaron durante muchos años.







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